Este lunes es el dia D en el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) repartirá entre todos sus países miembro alrededor de US$ 650.000 millones en concepto de derechos especiales de giro (DEG), la moneda del organismo multilateral, en el que la Argentina recibirá unos US$ 4.355 millones.
Con ese dinero, la Argentina incrementará sus reservas y contará eventualmente con los fondos necesarios para cumplir con el pago de compromisos en dólares con los organismos internacionales para lo que resta del año en curso, en el caso de que no alcanzara antes un acuerdo con el FMI para reprogramar los vencimientos del préstamo por 44.000 millones de dólares contraídos durante la administración de Mauricio Macri.
Respecto a esto último, fuentes del organismo multilateral consultadas por Télam afirmaron que “el equipo técnico del FMI y las autoridades argentinas se comunican con frecuencia y continúan trabajando en estrecha colaboración con el fin de profundizar el trabajo técnico hacia un programa respaldado por el FMI”, en relación a los trascendidos que circularon sobre presuntas reuniones entre ambas partes durante los últimos días.
En general los analistas consideran que de alcanzarse un acuerdo, éste ocurriría después de las elecciones de noviembre próximo, y el plazo máximo estaría dado por el límite que impuso el acuerdo con el Club de Paris, donde la Argentina tiene tiempo hasta marzo del 2022 para reestructurar también la deuda con ese foro de países, que fija como condición previa la necesidad de un entendimiento con el FMI.
La distribución histórica de DEGs -debido a que nunca antes en la vida del organismo se asignó tantos fondos a los los países miembros- entrará en vigor el lunes 23 de agosto y se distribuirá según el valor de la cuota de cada una de las naciones o Estados que lo integran.
A pesar de la ayuda que puede significar, lo que queda claro es que el mecanismo vigente determina que el reparto de fondos sea desigual, en detrimento de los países que más recursos necesitan.
Apenas unos 275.000 millones de dólares (unos 193.000 millones de DEG) de la nueva asignación se destinarán a los mercados emergentes y a países en desarrollo, incluidos los bajos ingresos, que son los más afectados por la pandemia de coronavirus.
En este marco, a la Argentina, le corresponde el 0,76% de la cuota.
El analista principal para la región de Goldman Sachs, Alberto Ramos, sostuvo en un informe reciente que el nivel de los recursos que recibirá el país “representaría un aumento considerable del 10% en las reservas brutas, y un aumento de más del 50% del stock de reservas internacionales netas inutilizables”.
Hoy las reservas argentinas se ubican en un nivel apenas por encima de los 42.000 millones de dólares, según los últimos datos aportados por el Banco Central.
En este sentido, esta línea de fondos “contribuiría en gran medida a cumplir con el pago programado del servicio de la deuda en DEG al FMI durante el segundo semestre del 2021”, dijo Ramos.
Según el especialista, “la próxima asignación de DEG y el reciente acuerdo del Club de París brindan un puente valioso hasta que las autoridades acuerden un programa macrofinanciero a mediano plazo con el FMI (probablemente sólo después de las elecciones de mitad de período de noviembre) que permitiría al país reprogramar los cuantiosos reembolsos de la deuda para el fondo en 2022-24”, consideró.
Deudas y vencimientos
De esta forma, resta pagar al organismo alrededor de 4.380 millones de dólares en lo que resta del año.
El primero de los vencimientos será en septiembre, por un monto de 1.870 millones de dólares en concepto de pagos de deuda de capital.
En tanto, para el 22 de noviembre hay pautado un pago por intereses y recargos, que totalizan 640 millones de dólares.
El último vencimiento fuerte del año está previsto para el 22 de diciembre, correspondiente a otro pago de capital, por 1.870 millones de dólares.
Según el FMI, los derechos especiales de giro (DEG) son un activo, aunque no dinero en el sentido clásico porque no se pueden usar para comprar cosas.
El valor de un DEG se basa en una canasta de las cinco principales monedas del mundo ( dólar, euro, yuan, yen y libra esterlina), donde el dólar y el euro tienen la mayor participación de 41%, y 30%, respectivamente.