Bronca porque pegan sin descaro, pero nunca el fútbol queda claro/Bronca cuando luchan y no juegan, hacen lío por cualquier pavada/Cuesta creer tanta histeria organizada…

Rosario Central y Boca (los jugadores, los técnicos, algunos hinchas…) fueron cómplices de un partido que tuvo barullo, tensión, nervios, mala leche y algunas poquitas pinceladas de fútbol. Un partido con 8 amarillas, algunas de las cuales debió ser roja, encuadrado en el contexto de las miserias del fútbol nuestro de cada día.

El empate es un resultado que no le queda mal a ese extraño cruce en el que Central estuvo dos veces en ventaja, pero no pudo sostenerla.

Boca rescató un empate en el últimos instantes de los 10 minutos adicionados y eso generó el fastidio masivo de los rosarinos, pero la realidad es que el árbitro debió anunciar un alargue aun mayor porque en el segundo tiempo hubo interrupciones de todo tipo al margen de las demoras alevosas de los locales.

Los dos goles de los rosarinos fueron lindos, especialmente el primero, aunque contaron con alguna ayudita de los defensores boquenses. En el primero Giaccone (de interesante producción) enganchó frente al coloradito Barco y clavó la pelota arriba. Ni Varela ni los centrales atinaron a anticiparse a la posible gambeta y quedaron lejos de oponer resistencia. En el segundo Advíncula dejó muy solo a Campaz, que tiró el centro, y Figal no llegó a cerrar ante la aparición del siempre efectivo Véliz, que entró por el segundo palo, con gran oportunismo.

Los dos goles de Boca fueron de cabeza aunque de distinta factura. En el primero Villa cambió para Briasco que de sobrepique puso la pelota en la testa de Payero (uno de los mejores de Boca) para que convierta. El segundo, el agónico, fue hijo de la desesperación boquense. Centro de Villa, a la carga Barracas, rebote, nuevo centro, hombro de Vázquez y cabezazo de Figal en el segundo palo.

Una curiosidad de los tres primeros goles es que llegaron cuando el rival parecía estar haciendo mejor las cosas.

A favor de Central hay que anotar que es un equipo solidario, que sabe presionar y explotar las debilidades de su rival. A favor de Boca, que mostró una leve mejoría respecto de anteriores actuaciones y en algunos pasajes no se mostró tan enemistado con la pelota.