“La culpa es de este pueblo sabalero. (…) Ah eh eh ah, yo soy Sabalero”, cantaban Los Palmeras en la recordada antesala de aquella histórica Copa Sudamericana 2019, que terminó con desazón de Colón en las puertas de la gesta. Finalmente, algunos años después, la aventura del club santafesino encontró su merecido desenlace feliz. En la definición de la Copa de la Liga disputada este viernes en San Juan, Colón no falló.
Fue 3-0 ante un Racing timorato, que venía pasando etapas gracias a su templanza en los penales para, de alguna manera, desviar la atención de su irregular desempeño a la hora de jugar. Con goles de Rodrigo Aliendro, Cristian Bernardi y Alexis Castro, el equipo de Eduardo Domínguez se quedó con el primer título de su historia en la máxima categoría. Broche de oro para un club que, desde la llegada del emblemático Pulga Rodríguez en 2019, había coqueteado con la gloria sin alcanzarla.
Racing, que venía de dejar una imagen un tanto austera en el triunfo ante Boca, sacó del medio para dar arranque a la final y buscó a Mauricio Martínez. El volante dominó y metió un pelotazo largo que se fue por la línea de fondo. Así comenzaba la pesadilla académica.
Colón logró hacerse de la pelota a partir de la superpoblación de futbolistas en mitad de cancha. Domínguez optó por el ingreso del volante exRiver Cristian Ferreira para reemplazar al delantero Facundo Farías (coronavirus), cuando en la previa el que picaba en punta era el atacante colombiano Wilson Morelo. Toda una definición de lo que pretendía hacer el Sabalero, con su 4-5-1. Por el contrario, al 4-3-3 de Racing le sobraban delanteros y le faltaba la pelota. Con Lolo Miranda e Ignacio Piatti comidos por el medio rival, la Academia no tenía salida clara y su triple “c” ofensiva -Cvitanich, Copetti y Chancalay- quedaba a distancia de pelotazo. Así, Martínez optaba reiteradamente por sacar el pase largo y todo resultaba en ganancia de pescadores, en este caso, sabaleros.
El partido fue decididamente malo en la primera parte, con poco para uno y otro lado, pero todo cambió en la segunda. Pizzi tomó nota de lo sucedido anteriormente y mandó a la cancha a Moreno en lugar de Cvitanich para equilibrar a los suyos. Pero con Copetti más de centrodelantero, Racing perdió presencia en el sector izquierdo. A los 58, el lateral derecho Mura, quien había subido poquito y nada hasta el momento, se mandó al ataque y sacó un centro que encontró a Aliendro solo frente a Gómez para poner el 1-0 y la locura sabalera.
Fue vital en la jugada el desorden generado por la salida de Leonardo Sigali tras un buen corte. El “Oso” entregó mal y quedó siempre por delante de la línea de fondo. Su relevo fue Martínez, pero el volante no tomó nota de la avivada de Aliendro, quien justamente había recuperado. Pillo, el exAtlético Tucumán apenas descargó fue a ocupar el espacio de Sigali para recibir sin oposición y mojar.
Con el 0-1, Pizzi volvió a meter mano en el banco para adelantar a Racing en el campo. Pero Colón hizo lo propio donde más importa, en el marcador. A los 71, Chancalay se atolondró con la pelota y salió la contra sabalera. Leguizamón y Bernardi armaron un jugadón, con enganches y pared incluida, que terminó en golazo del segundo.
Cerca del final, en casi un calco del primer tanto, Castro recibió un centro desde la derecha dentro del área y, en un elogio de la paciencia, dejó pasar a uno y definió con grandeza, casi tanta como la que mostró el Sabalero en su gran cita con la historia.