El dólar blue empieza a dejar atrás la modorra. Esta semana dio un salto de 27 pesos que lo llevó a cerrar a $ 522, tras haber tocado los $ 525 por algunos minutos.
En la semana el informal aumentó prácticamente lo mismo que en el mes, ya que en los primeros días de julio apenas se movió un peso tras abrir el segundo semestre en $ 494.
La suba del blue no sorprende porque el informal venía atrasado tanto respecto de la inflación como de la evolución de los otros dólares de referencia.
Lo que si fue llamativo es la velocidad a la que avanzó esta semana, cuando trepó 5%. De todos modos sigue corriendo a los precios de atrás, ya que en el año acumula un alza del 51% contra una inflación de 50,7% solo hasta junio.
Con este salto el blue estira la brecha contra el tipo de cambio oficial a 97%, todavía lejos del 124% que tocó a fines de abril. Si bien este es el valor nominal más alto alcanzado por el informal hasta ahora, queda lejos del overshooting que se registró tras la salida de Martín Guzmán del ministerio de Economía. Aquel blue de $ 338 de julio del año pasado equivale a una cotización de $ 680 de hoy.
El dólar que le respira a la nuca a la inflación es el contado con liqui, que terminó la rueda en $ 540,3, un avance de 5,5% en el mes y del 57% en el año. Así se mueve casi a la par de la inflación que se espera para los primeros siete meses del año en torno al 59%, si se confirma que el registro de este mes rondará el 7%.
La explicación para este despertar de los dólares alternativos tiene que ver con la incertidumbre electoral, pero también con las demoras en el acuerdo con el Fondo Monetario. El ministro candidato Sergio Massa sigue estirando la cuerda y el mercado ya empieza a rumiar la chance de que se llegue a las PASO sin el acuerdo firmado y que el Gobierno tenga de pagar con yuanes el vencimiento de US$ 2.700 millones de fin de mes.
Ante la incertidumbre la dolarización gana terreno. “Esta suba es por cobertura electoral, por lo que seguirá presionado, pero no lo vemos niveles de crisis ($700)”, indica el economista Fernando Marull.
Para Aurum Valores lo que se está registrando es un “fuerte aumento de la pesificación de los inversores que mantienen una masa monetaria medida en dólares contado con liqui en niveles muy elevados. En general, valores como los actuales presuponen un riesgo de licuación por vía de una suba de los dólares financieros”. Y advierte que por el efecto de la emisión monetaria, “no se podría descartar que quede aún más demanda de dolarización por delante”.
En medio de la escalada de los dólares financieros, el Banco Central sigue vaciándose de divisas. En esta rueda el BCRA compró US$ 49 millones y vendió yuanes por 1.056 millones, lo que supone una venta neta de US$ 100 millones.
El Central ha vendido reservas por US$ 955 millones en solo julio, y acumula en el año US$ 4.122 millones, según la estimación del economista Salvador Vitelli.
La demora del acuerdo con el Fondo y la pérdida de reservas conspiraron contra los activos argentinos que retrocedieron en la última rueda de la semana.
Los bonos en dólares cayeron en torno al 2%. El AL30, el más negociado cedió 2,7% en el día y 1,7% en lo que va de julio. Esto hizo que el riesgo país avance a 2112 puntos básicos.
También les fue mal a las acciones argentinas. El Merval perdió 1,7% y los ADR que cotizan en Nueva York retrocedieron hasta 6%, con el banco Macro y Edenor a la cabeza.