Después de una noche en la que casi ninguno de los integrantes de la delegación de Independiente pudo dormir demasiado por el escándalo que se vivió en el aeropuerto de Salvador de Bahía, se definió que el partido entre el Rojo y el club Bahía por la Copa Sudamericana se juegue tal como estaba previsto, es decir este martes desde las 19.15.
La dirigencia de la institución de Avellaneda finalmente terminó prefiriendo “el mal menor” ante una situación bochornosa que se presentó en la tarde del lunes cuando el plantel arribó a Brasil y se prolongó hasta esta madrugada. Así, Independiente se presentará con ocho futbolistas menos (los que siguen dando “detectable” en los testeos) y el director técnico será el entrenador de arqueros César Velázquez.
A pesar de tener la autorización de Conmebol, migraciones de Brasil no permitió pasar a las personas que tuvieron coronavirus en las últimas semanas y que continúan dando positivo por tener carga viral aunque ya no contagien. Ellos son Juan Insaurralde, Adrián Arregui, Thomas Ortega, Lucas González, Renzo Bacchia, Gonzalo Asís, Pablo Hernández, Nicolás Messiniti, Pedro Monzón, Nicolás Vallina (jefe de prensa) y Walter Lusnig (dirigente).
Todos ellos debieron pasar la noche en el aeropuerto mientras que el resto pudo trasladarse al Hotel Novotel que queda a pocas cuadras. El malestar fue y sigue siendo grande entre los protagonistas que se sintieron destratados. Debieron dormir literalmente en el suelo, sobre algunas colchonetas y recibieron viandas que enviaron de sus compañeros.
“Fue complicado pegar un ojo. Hacía un frío de cagarse porque estaba el aire prendido y te congelabas. Nos trajeron frazadas del hotel. Dormimos en el piso”, le relató a Clarín uno de los que no pudo salir del aeropuerto. Tampoco pudieron descansar mucho los que sí se instalaron en el hotel puesto que se mantuvieron preocupados por los varados y siguieron en contacto hasta las cuatro de la mañana.
Entre los deportados, varios iban a ser titulares en el partido, como Insaurralde, González, Arregui y Ortega. De esta manera, el diezmado cuerpo técnico debieron cambiar los planes y replantear la formación. Tendrán que jugar algunos nombres que pensaban preservar para la Copa de la Liga Profesional. Además, solamente dispondrá de siete relevos en el banco, ningún defensor.
El partido ante Bahia se disputará esta tarde en el horario estipulado.
La decisión corrió por parte de la dirigencia y del cuerpo técnico ya que desde Conmebol pretendía que este duelo se traslade a Paraguay el jueves. Sin embargo, en el Diablo no querían que quedara muy cerca del encuentro con Huracán del fin de semana.
El maltrato se hizo sentir con mayor fuerza cuando cambió la guardia de la policía aeroportuaria. Los efectivos entrantes le exigieron a los futbolistas que se levantaran del piso, hubo discusiones y los oficiales amagaron a mostrar sus armas. Todo culminó con Insaurralde y Arregui demorados por un rato. El padecimiento de casi 20 horas culminó con el retorno de los deportados en un vuelo charter esta tarde.
Velázquez, en tanto, tendrá que asumir el rol de DT principal por las ausencias de los demás: Julio Falcioni se encuentra atendiendo un problema de salud de su esposa, Omar Piccoli tiene coronavirus y Monzón, que iba a dirigir, es uno de los que tiene que regresar.
¿Toda está situación inverosímil se podría haber evitado? En Independiente alegan que no sabían que puntualmente en Bahía impedían el ingreso de aquellos que dieran positivo aunque tengan presentada el alta médica. De hecho, hace dos semanas entraron a Bolivia sin problemas y en las mismas condiciones. Pero cada país, y particularmente en Brasil, cada estado, dispone sus restricciones.
Desde Conmebol tampoco alertaron sobre este detalle no menor. En definitiva, los que pagaron el precio elevado de este viaje caótico fueron los jugadores.