La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, le envió un mensaje a los argentinos antes de reunirse con el presidente Alberto Fernández en Nueva York, Estados Unidos, en el consulado argentino.

“Es un momento difícil en todas partes, es un momento difícil en Argentina, pero dando los pasos correctos en el frente de las medidas políticas se calmarán las aguas”, dijo.

“Queremos ver bajar la inflación y queremos ver que el ingreso suba para todos en la Argentina”, agregó.

Segundos antes, en la calle, cuando todos los periodistas que cubren el encuentro la abordaron, la directora gerente aseguró que estaba muy entusiasmada por el acuerdo alcanzado entre el FMI y la Argentina.

Esta mañana, antes del cara a cara con el jefe de Estado, el staff del FMI aprobó la segunda revisión del programa y habilitó así un nuevo desembolso de USD 3.900 millones, que deben ser utilizados para saldar la deuda contraída por el gobierno de Mauricio Macri.

Pese a las expresiones de buenos deseos, el cónclave entre Fernández y Georgieva no es sencillo para el mandatario argentino: la directora gerente del Fondo Monetario Internacional expresará su preocupación por el panorama económico de la Argentina y solicitará al presidente su compromiso político para ejecutar todas las medidas necesarias que eviten un incumplimiento de las metas previstas para 2023.

La aprobación de las metas del segundo semestre no garantiza que pueda cumplirse con todo el programa acordado con el FMI. Georgieva está preocupada por el índice inflacionario y las escasas de reservas públicas, y tiene previsto consultar a Alberto Fernández sobre su pronóstico económico a mediano plazo.

El jefe de Estado considera que la economía nacional crece y que la Argentina cumplirá las metas acordadas en enero de 2022. Para esto, se apoya en números coyunturales que la inflación y la ausencia de dólares mastican todos los meses. Esta perspectiva de Alberto Fernández causa preocupación en los despachos más influyentes del Fondo.