El presidente, Javier Milei, presentó al Congreso su proyecto de presupuestos para el año que viene. El texto hace especial énfasis en el “déficit cero” y el “achicamiento” del Estado. Prevé que el país crecerá el año que viene un 5% y que la inflación se reducirá hasta el 18,3 % interanual en diciembre de 2025.

Javier Milei compareció ayer en un acto transmitido por televisión a todo el país, un hecho inédito en Argentina, ya que hasta ahora el Presupuesto era presentado por el ministro de Economía.

Durante su alocución, Milei reiteró muchas de las posturas que defiende desde antes de llegar al poder. “La piedra basal de este presupuesto es la primera verdad de la macroeconomía, una verdad que durante muchos años ha sido relegada en Argentina: el déficit cero”, comenzó diciendo el líder libertario de extrema derecha.

Las cuentas elaboradas por el gobierno argentino para el año que viene auguran que la maltrecha economía del país crecerá un 5% en 2025, mientras que la inflación se reducirá hasta el 18,5% a finales del año que viene. Las previsiones son marcadamente optimistas.

El primer semestre de 2024 estuvo marcado por la contracción económica en Argentina (-3,2 % interanual) y una inflación que, aunque se encuentra en plena desaceleración, sigue siendo de las más altas del mundo (236,7 % interanual en agosto). Los recortes puestos en marcha por el ejecutivo de Milei han hecho posible que Argentina haya registrado un superávit fiscal de 0,4 % del PIB en los primeros siete meses del año, frente a un déficit de un 6 % del PIB en 2023.

A la par, la tasa de pobreza ha seguido aumentando en el país. Al finalizar el primer semestre del año la tasa alcanzaba a más de la mitad de la población (50,5%), según los cálculos elaborador por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), que se respalda en información trimestral de la Canasta Básica Total (CBT) del INDEC.

Milei describió el nuevo presupuesto como “la hoja de ruta” bajo la cual ordenará las prioridades de su gestión y llamó a pensar primero en cuánto debe ahorrar el Gobierno para después ver cuánto puede gastar. El mandatario destacó también la importancia de “terminar con el déficit fiscal, bajar el gasto público, eliminar impuestos y confiar en el ejercicio de la libertad” para vivir en un país con “estabilidad económica”.

Además, se jactó de que el ajuste al sector público emprendido por su Ejecutivo tras su llegada a la Presidencia el pasado 10 de diciembre es “el ajuste más grande de la historia de la humanidad” y señaló que “gestionar no es administrar el Estado” sino “achicarlo” para “engrandecer a la sociedad”.

En esa misma línea, pidió a los gobernadores provinciales que lleven a cabo un “ajuste adicional” de 60.000 millones de dólares para “cumplir con el compromiso de bajar el gasto público consolidado a 25 puntos del PIB”.

El proyecto presentado por el presidente deberá ahora debatirse en la Comisión de Presupuesto de la Cámara Diputados.

“Confío en que este honorable Congreso Nacional debatirá el proyecto de presupuesto nacional con la responsabilidad y seriedad que nuestra situación actual requiere”, expresó el presidente en el cierre de su discurso, en el que consideró que el país vive “un momento bisagra en su historia”.

Dejó en manos de los legisladores qué camino elegir y consideró que “luego será la ciudadanía quien los coloque en la avenida de los justos o en la esquina de las ratas miserables que apostaron contra el país y su gente”.

El líder de La Libertad Avanza anticipó también que vetará “todos los proyectos que atenten contra el déficit fiscal” y aclaró que sólo aceptaría discutir el aumento de un gasto “cuando el pedido venga con una expresa explicación de qué partida hay que reducir para cubrirlo. Si no es así, será vetado”.

Este anuncio llega poco después de que Milei haya vetado una ley de reforma de la jubilación argumentando que representaba un “gasto exorbitante” para el Estado que ponía en riesgo el equilibrio fiscal, y tras anunciar que haría lo mismo con una ley de financiación universitaria sancionada la semana por el Senado, que aumenta los fondos destinados a las universidades nacionales y los actualiza según el índice de inflación.