El US Open se quedó sin su principal candidato y sin el número 1 del mundo de la manera más insólita el domingo: Novak Djokovic fue descalificado por pegarle un pelotazo a una jueza de línea en el encuentro que sostenía contra el español Pablo Carreño Busta por los octavos de final.

Djokovic, que acababa de perder su servicio y quedar 5-6 en el primer set, sacó una pelota antes de dirigirse a su asiento para el descanso y buscó arrojarla contra el fondo hacia donde suelen estar los ball-boys, pero su pelotazo hacia atrás salió con potencia y con una puntería desafortunada, al impactar en el cuello de una de jueza de línea. El reglamento estipula en estos casos que, más allá de la intención o no del jugador, corresponde la descalificación. Así lo determinaron las autoridades del torneo.

Después de conversar con la jueza de línea agredida, Djokovic charló en el medio del court central con el árbitro general del US Open, Soeren Friemel, y con el supervisor de los Grand Slams, Andreas Egli.

“Ella está bien, no tuvo que ir al hospital”, le dijo Djokovic a las autoridades. Ante la negativa de Friemel, insistió: “Escuchame, tenés que ver cómo está. No podés tomar una decisión así como si nada. Ellá está bien. No la mandé al hospital. Si le hubiera hecho daño, ahí sí, seguramente”.

Sin embargo, Friemel le informó la decisión de descalificarlo: “Lo lamento, no hay nada más que pueda hacer”. Djokovic agachó la cabeza, se encaminó a darle la mano al sorprendido Carreño Busta -un gesto que además está prohibido por los protocolos sanitarios de prevención-, evitó saludar a la umpire Aurelie Tourte, y se fue.