6 de la tarde en Miraflores y el sol quema el horizonte con su últimos rayos. Las luces de los autos marcan una viborita sobre el asfalto del Circuito de Playas que rodea a Lima. El mar permanece calmo mientras una ambulancia intenta abrirse paso entre los autos que se agolpan para llegar a Callao o San Miguel.

Las bocinas se entre mezclan con el estampido de cada una de las olas al romper en la costa. Los repartidores pedalean a toda velocidad mientras hacen equilibrio con sus mochilas. Los deportistas se refugian en sus casas y los perros en sus cuchas.

Miraflores parece una sede local de la pujante Miami. El verde de sus parques, la prolijidad de sus veredas, la amabilidad de sus vecinos y su coqueto Malecón hacen de esta una “zona de confort” para cualquier turista.

Es el barrio de los restaurantes caros y las casas de diseño donde una prenda de ropa supera los 1200 soles (350 dólares). También es el punto geográfico que las grandes cadenas del mundo eligieron para instalar sus hoteles.