La resiliencia es la palabra con la que más convive Marcelo Gallardo y en este fin de julio de 2021 otra vez la tomó de la mano para encontrar el equipo de River Plate que tanta historia hizo desde que llegó a su dirección y que volvió a reconstruir para golear a Unión por 4 a 0 por el campeonato de la LPF y el pasado miércoles convertirse en el único representativo nacional en avanzar a cuartos de final de Copa Libertadores.

A River se le fue en los últimos días Rafael Santos Borré al Eintracht Frankfurt alemán y pareció irse con él toda la estructura ofensiva diseñada durante años por el “Muñeco”, ya que a pesar de la presencia del “campeón de la Copa América” con la selección, Julián Álvarez, parecía que Matías Suárez se quedaba rengo en ataque.

Pero no solamente el cordobés parecía padecer la falta de Borré, sino que también la mitad de la cancha sufría porque el colombiano era una rueda de auxilio permanente con su presión alta primero y su capacidad física para el retroceso después.

Y estas falencias quedaron claramente expuestas tanto en el partido de ida con Argentinos Juniors por octavos de final de Libertadores (1-1) como en el primero de este campeonato Socios.com ante Colón (derrota 2-1), con el agravante de que ambos se jugaron en el estadio Monumental.

Pero así como en su momento Gallardo pensó en Suárez para reemplazar a Lucas Alario, que también se había ido a Alemania (Bayer Leverkusen), y lo rescató de Belgrano, de Córdoba, ahora hizo lo mismo y en un nuevo ejercicio de repentización institucional y deportiva se quedó con el goleador de la pasada Copa Sudamericana, Braian Romero, figura de Defensa y Justicia.

Claro que lo que le seguía faltando era equilibrio en la zona media, donde Enzo Pérez estaba muy solo y Enzo Fernández, retornado también de Defensa y Justicia, no alcanzaba para darle esa cuota de marca y despliegue que el mendocino estaba necesitando.