Los turistas que quieran vivir la experiencia de visitar el paisaje serrano cordobés a un precio accesible tienen en el Tren de las Sierras el medio idóneo para cumplir con esa aventura que comienza en la Estación de Ferrocarril General Belgrano del barrio Alta Córdoba, en la capital provincial, y finaliza en la localidad de Valle Hermoso, 60 kilómetros al noreste del punto de partida.

Por tan solo 50 pesos, que incluso puede ser más económico dependiendo la estación donde se tome, la formación de vagones nuevos, aire acondicionado y grandes ventanales realiza un recorrido total de más de 3 horas a lo largo de 19 paradas.

Los pasajes se pueden adquirir en las boleterías ubicadas en Alta Córdoba (Jerónimo Luis de Cabrera 250), Rodríguez del Busto (Av. Cardeñosa esquina Rodríguez del Busto), Cosquín (frente a la Estación de Ómnibus) y Valle Hermoso.

La provincia de Córdoba se caracteriza por sus paisajes serranos, ríos, arroyos, playas, cascadas y lagos, y la modalidad de hacerse una escapada en el Tren de las Sierras permite, por la escasa velocidad con que circula durante la excursión, facilitar la observación del entorno y obras de ingeniería como túneles y puentes.

Una de las primeras paradas de este paseo es La Calera, una comuna serrana que se presta para descubrir en clave histórica, ya que el pueblo cuenta con sitios tradicionales como la Capilla Vieja y el Molino Doble, que datan del siglo XVIII.

Otro de sus sitios de interés es el Museo de la Cal, que se ubica frente a la propia estación, al que se le suma el Hotel Parque, primer hotel turístico de toda la provincia, además del valor escénico de espacios como la Laguna Azul.

El tren también se detiene en la localidad de San Roque, que rodea el dique homónimo, en el que se practican deportes náuticos. Alrededor se halla el mirador Plaza Federal, donde flamean banderas de todas las provincias.

Este espacio tiene una explanada con bancos y fuentes decorativas. Las panorámicas abarcan la ciudad de Villa Carlos Paz y las sierras en todo su esplendor, y es posible acceder a puestos de comidas típicas.

Santa María de Punilla es otra parada que conjuga rincones verdes e hitos históricos, con el cauce del río Cosquín surcando el pueblo lo que da lugar a playas y espacios de recreación para toda la familia, por caso el Balneario Municipal.

Entre sus construcciones emblemáticas se encuentra la Estancia y el Molino El Rosario, y el dique Las Higueritas -aporta belleza natural-, mientras que el Camino de las Maravillas permite llegar hasta la reserva Cueva de los Pajaritos.

Cosquín es otro de los destinos diferenciales a los que arriba el Tren de las Sierras, y donde el río que da nombre a la ciudad y el cerro Pan de Azúcar definen la propuesta de la comuna que se dibuja entre senderos y playas serenas.

Otros atractivos como el Museo de los Artesanos y el Paseo de las Estatuas complementan la oferta cultural, además del tradicional Festival del Folclore durante el mes de enero, mientras que la Confitería Europea y el restaurante El Gran Willy se instalan como imperdibles dentro del itinerario.

Valle Hermoso es la última parada de esta excursión ferroviaria. Se trata de un pueblo caracterizado por diversos paisajes de ríos, arroyos, cascadas y playas donde prevalece el aire puro y la calma.

El río San Francisco presenta balnearios en su recorrido, en tanto que la Reserva Natural Vaquerías ofrece opciones de caminata en torno a puntos distintivos como el cerro de La Cruz y las cascadas “Del Ángel” y “De los Helechos”.

Valle Hermoso también posee museos para recorrer en plan familiar, como por ejemplo el Paseo con Ciencia, que permite aprender sobre física, astronomía y botánica en clave lúdica, mientras que el Museo Capitán Juan de Zeballos expone sobre arqueología y paleontología.

Por último, una visita alrededor del curioso Castillo Hotel Fabrega o una recorrida de carácter introspectivo a lo largo de la Gruta de Santa Teresa pueden convertirse en el broche de oro de toda la experiencia.