El ruso Daniil Medvedev se quedó este domingo con el título del US Open al vencer en la final a Novak Djokovic por un triple 6-4, impidiéndole al serbio alcanzar el Grand Slam de la temporada luego de conseguir los tres grandes torneos previos, y privándolo además de sumar su 21 trofeo de estos máximos certámenes tenísticos, lo que lo hubiese convertido en el más ganador de la historia.
De esta manera Medveded, de 25 años, se llevó el primer Grand Slam de su carrera luego de las derrotas sufridas en las dos finales a las que arribó, en 2019 frente al español Rafael Nadal en este mismo Abierto de los Estados Unidos y a principios de este año en Australia frente al propio Djokovic.
El partido de este domingo entre el número uno del mundo y el dos fue para este último, que con su tenis sin fisuras y contundente, cuadrado por su puntillosidad hasta en el marcador, fue manejado por el ruso de principio a fin, ante un Djokovic de 34 años al que se lo vio impotente pese al apoyo multitudinario que recibió del público que se instaló en el estadio Arthur Ashe.
La presencia del australiano Rod Laver en esas graderías, esperando que Djokovic alcanzara los cuatro títulos de Grand Slam en una misma temporada como él lo hizo en 1969, dejaron un marco de frustración en la emotiva tarde neoyorquina.
Laver, de 83 años, también había alcanzado ese logro en 1962, algo que había registrado en un lejano 1938 el estadounidense Donald Budge, mientras que entre las damas lo habían conseguido la también australiana Margaret Court en 1970, la alemana Steffi Graf en 1988 y bastante más atrás en el tiempo, en 1953, la oriunda de los Estados Unidos, Maureen Connolly.
Djokovic iba por su cuarto US Open no solamente por el Grand Slam, sino porque en este tipo de torneos llevaba conquistados 20 y quería desempatar con el mencionado Nadal y el suizo Roger Federer, que también habían logrado 20 cada uno.
“Si alguien merece un título de Grand Slam en este momento es Medvedev”, declaró Djokovic al finalizar el partido, con lágrimas en los ojos
Para ello se había desembarazado del alemán Alexander Zverev en semifinales a través de trabajosos cinco sets, y esto también le dio un golpe a su físico y sus casi una década de diferencia de edad con Medvedev.
La frustrada participación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 también caló hondo en el físico de Djokovic, que además llegó a esta final con 85 títulos en su carrera, pero este domingo iba a instalarse en un Olimpo del que sería difícil desprenderlo a futuro, y por eso en el ánimo de la abigarrada concurrencia se palpaba la emoción y la expectativa por estar presenciando un hecho verdaderamente histórico.
Pero la potencia y practicidad del moscovita fueron demasiado para el serbio, que hizo del saque una de sus armas más contundentes, ya que registró 16 aces contra solamente 6 de su rival.
“Si alguien merece un título de Grand Slam en este momento es Medvedev y le deseo que ojalá gane muchos. Quería pensar en lo que iba a decir si ganaba o si perdía, y ahora que pasó esto último quiero decir que mi corazón está lleno de alegría porque nunca me habían hecho sentir así en Nueva York”, manifestó un Djokovic con lágrimas en los ojos al despedirse del público que lo ovacionó como a un hijo pródigo.
Y la respuesta de Medvedev transitó por el mismo camino, ya que tras referir que sintió haber tenido “al público en contra”, pero que “igual” lo quería, confesó que para él “Djokovic es el más grande de la historia”.
El ruso, que en semifinales había superado al canadiense Auger Aliassime también en tres sets como hoy, se sumó a sus compatriotas Yevgeny Kafelnikov y Marat Safin en ganar torneos de Grand Slam.
Kafelnikov los hizo en Roland Garros 1996 y Australia 1999, mientras que Safin lo hizo aquí en Flushing Meadows en 2000 y también en Australia en 2005.
Este fue el noveno enfrentamiento entre Djokovic y Medvedev en sus carreras y el serbio se impone ahora por 5 a 4.
Ben Stiller, el considerado “rey de la comedia norteamericana”, no se perdió una jornada del US Open y hasta se fotografió con el argentino Diego Schwartzman. Este domingo, peinando canas, presenció la final y quizá habrá recordado una de sus más célebres películas, “El imperio del sol”, porque eso reflejó la admiración que sus conciudadanos neoyorquinos ven en el “emperador” Djokovic, y más aun en la derrota.