Tras casi 6 meses de cuarentena, el ministro de Transporte, Mario Meoni, deslizó hoy que «se está pensando en el 1° de octubre para el retorno de los vuelos regulares, tanto domésticos como internacionales», y que para eso se trabaja en protocolos sanitarios. Mientras tanto, Juntos por el Cambio le mete presión por la continuidad de la terminal de Palomar.

Los vuelos de cabotaje, suspendidos a mediados de marzo, tenía fecha de regreso para julio, luego se pasó al 1 de septiembre y después no se tiraron más fechas, debido al avance del coronavirus en el AMBA y de la paraonia de los gobernadores. En varias provincias, con menos infectados que el Municipio de Morón, volvieron a fase 1. Por lo tanto es imposible pensar en reabrir los cielos, siendo que hasta se viola la Constitución con tal de cerrar «fronteras» provinciales.

Meoni aclaró que la cantidad de viajeros va a estar condicionada por la apertura de fronteras internacionales (donde sí hay barreras jurisdiccionales entre estados independientes) y la decisión que vayan tomando las provincias. El Ministerio de Transporte ya elevó un «protocolo unificado» al Presidente, quien tendrá la palabra final sobre este tema.


Hace unos días, el ministro de Turismo y Deporte, Matías Lammens, se manifestó en el mismo sentido: “Es difícil poner fecha, nuestra expectativa es que para octubre podamos volver a volar». Por su parte, desde la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) afirmaron a P/12 que «se está haciendo todo lo posible para volver a volar el 1 de octubre.

La medida parece a contramano del discurso oficial, pero inminente. También se sabe que conjuntamente, se puede llegar a tomar una decisión sobre el Aeropuerto de El Palomar. Meoni pasó del elogio a la crítica, por «los costos de mantenimiento», en medio de una puja con los gremios aeronáuticos que un ajuste que ya empezó por Aerolíneas Argentinas. Irónicamente son esos gremios los que sueñan con el cierre del EPA y la desaparición de la competencia low cost.

La situación de El Palomar, entonces, dejó de ser una discusión ambiental, para convertirse en una ecuación político económica. Como de un lado presionan para que se cierre (APA, AA, La Cámpora y AA2000, concecionaria de los aeropuertos), del otro defienden su funcionamiento. Se trata de los intendentes de Morón y Tres de Febrero, Lucas Ghi (FdT) y Diego Valenzuela (JxC), a los que sumó también Descalzo, por los hoteles que empezaron a construir en Leloir.