River atravesó el escollo que en apariencias se presentaba mas difícil en su carrera hacia el título, mantuvo los tres puntos de ventaja sobre Boca y empieza a prepararse para el festejo. Por lo pronto si le gana la semana próxima a Defensa y Justicia se asegurará el primer puesto. Su victoria 2-0 sobre Estudiantes de la Plata fue incuestionable porque fue superior en todas las facetas del juego, en casi todo el partido y, especialmente, después de la apertura del marcador.

Una de las claves del partido se la puede encontrar sobre la mitad del primer tiempo cuando en un breve lapso Estudiantes estuvo a centímetros del gol y River aprovechó una contra para llegar a la red. Un tremendo disparo de Estévez desde más de 25 metros iba derechito al ángulo, Armani había volado, pero sus manos quedaron a más de un metro de la pelota que terminó pegando en el ángulo formado por el poste izquierdo y el travesaño. Pudo ser gol en el momento en que Estudiantes le jugaba de igual a igual al puntero del campeonato, pero no fue.

Y en cambio River, en su primera estocada a fondo, se puso en ventaja. Fuentes fue a buscar un rechazo largo del fondo del equipo visitante y cabeceó hacia atrás habilitando a Borré, quien se fue cara a cara con Andujar le pegó con el revés y pese al esfuerzo del arquero y de los centrales locales, que corieron desesperados buscando la salvada milagrosa, el balón cruzó apenas la línes del arco. Gol. Uno a cero. Todo en menos de un minuto.

El partido después del gol transitó por otros carriles diferentes. River se afirmó mejor en el fondo y con la fórmula de las subidas de Casco y Montiel y la movilidad de los dos de arriba empezó a generar muchas situaciones más claras de las que había tenido antes del gol. Y asi se fueron encadenando las llegadas. Una de Montiel que disparó cruzado sobre la salida de Andújar e hizo salir la pelota muy cerca del segundo palo, otra de De la Cruz que no pudo conectar un centro rasante muy peligroso y otra de Suárez que se sacó de encima con facilidad a Fuentes , pero no le pudo dar más potencia al zurdazo.

Estudiantes cumplió una parte del libreto, que era de cortar el circuito de juego marcando a presión en la mitad de la cancha, pero mostró lentitud, falencias en el juego áereo y falta de sincronización de sus marcadores. Ofensivamente apostó todo a un remate de media distancia de Estevez o una corrida de Retegui, encerrado muchas veces entre los centrales de River. En el primer tiempo había insinuado algo ofensivamente, pero en el segundo solo aisladamente se acercó hasta Armani.

Pasado el primer cuarto de hora de la etapa final, la presión de River se hizo insostenible para Estudiantes. La salida de Fuentes, lesionado, obligó a que Mascherano bajara como marcador central, pero a esa altura el equipo de Gallardo llegaba permanentemente, sobre todo por la izquierda. Casco se juntaba muy bien con Nacho Fernández y, una de esas combinaciones entre ambos terminó con un centro del volanate y un toque sutil de Suárez mandando el balón a la red. Dos a cero y ya no quedaba para discutir. La única mala noticia para River es que fue amonestado Borré y al llegar a la quinta amarilla no podrá jugar contra Defensa y Justicia el sábado venidero. Un detalle menor, por supuesto, porque en la banco espera su oportunidad Scocco, otro gran delantero.