Talleres se hizo grande en la calurosa noche del Mario Alberto Kempes y venció con autoridad a Boca Juniors, que intentó una remontada en los últimos minutos pero sólo le alcanzó para descontar y ponerle cierto final “de película” al cotejo disputado por la tercera fecha de la Liga Profesional de Fútbol.
El equipo de Javier Gandolfi fue superior de principio a fin, se adelantó en el marcador con goles de Michael Santos y de Francisco Pizzini, y venció al “Xeneize” en Córdoba después de 20 años sin poder hacerlo. Luca Langoni descontó sobre el final para aumentar el nerviosismo en un estadio que se vio colmado y que vivió, por cuarto fin de semana consecutivo, un evento multitudinario con dos hinchadas. En 15 minutos de partido, el que más intenciones había demostrado y el que mejor se paraba en el campo contrario era el conjunto local. La visita intentaba mostrar sus pergaminos buscando recuperar en su campo y explotar rápido arriba y buscando las conexiones con los delanteros a través de Pol Fernández. Por el lado de los de Gandolfi, recurriendo a la creatividad de Rodrigo Garro, movedizo por el centro del campo, o con la velocidad y explisón de Ramón Sosa, el paraguayo que llegó recientemente desde Gimnasia y Esgrima La Plata. Sin embargo, si bien las intenciones eran más por parte de la “T”, en 20 minutos de partido ninguno de los dos arqueros habían tenido prácticamente actividad.

Ambos equipos se medían y estudiaban -con cierta superioridad Albiazul- pero sin llegar a los arcos. Hasta ese momento, la emoción estaba en las tribunas con los “Matadores” que cantaban incesantemente y las respuestas de los simpatizanes del conjunto del barrio de La Boca, que coparon la Popular Artime del Mario Kempes. A los 24, una excelente jugada colectiva terminó en los pies de Michael Santos que definió mano a mano ante la salida de “Chiquito” Romero y el uruguayo reventó el palo izquierdo del exarquero de la Selección Argentina. Era, hasta el momento, la más clara del partido y fue un disparo que levantó a todo el pueblo “Matador”, que intentaba empujar a su equipo que era superior a un tibio Boca. En 27 minutos, tras una serie de rebotes, la pelota le quedó al “9” Albiazul que no perdonó. El festejó demoró más de un minuto, porque Darío Herrera recibió el alerta del VAR por una posible mano previa; sin embargo, sin ir a ver la jugada, el colegiado señaló el círculo central convalidando el gol para Talleres, merecido por lo hecho en media hora de juego. A los 40′, el estadio se convirtió en un hervidero tras dos claras infracciones a favor de Talleres que Darío Herrera ignoró: primero, Advíncula cargó desde arriba a Portillo, que resguardaba la pelota e intentaba levantarse. Después, Varela bajó de atrás a Santos, pero Herrera señaló rápidamente que debía levantarse. Dos minutos más tarde, Advíncula y Varela -nuevamente- le pegaron a Rodrigo Garro que pasó entre los dos, pero el árbitro ignoró la jugada. Boca, con la tranquilidad de poder jugar “fuerte” y “friccionado”, fue empujando hasta llegar al área defendida por Guido Herrera en los últimos minutos de la primera etapa; pero sin exigir al riocuartense.

En el complemento, el “Negro” Ibarra metió mano y dispuso de los ingresos de Langoni y el “Equi” Fernández, dos de buen pie para intentar cambiar la historia. Sin embargo, a los 49 minutos llegó el primer sacudón y Santos cabeceó apenas por encima del travesaño. A los 51, Francisco Pizzini recibió en la medialuna, encaró y quedó mano a mano con Romero: esperó hasta último momento para definir, la pelota rebotó en el “Equi” Fernández y se terminó metiendo con suspenso en la línea final. Otra explosión con suspenso en el Mario Alberto Kempes, para un Talleres que se ponía con ventaja dos a cero. Para colmo de males en la visita, Sebastián Villa realizó una brutal infracción y vio la roja luego de que Darío Herrera tuviera que ir -innecesariamente- al VAR, para ver una y otra vez como el colombiano ponía en riesgo la salud y el físico de su adversario. A los 61, Talleres pudo haber ampliado la ventaja tras una jugada inmejorable: Villagra recuperó en mitad de cancha, tocó y la fue a buscar: llegó mano a mano con Romero y remató ante la salida del arquero que desvió la pelota, que derivó a la cabeza de Michael Santos, que la peinó para la entrada de Alan Franco que reventó el travesaño. Sin embargo, Herrera cobró infracción por una presunta carga del uruguayo contra el arquero Xeneize. En 75 minutos, el partido era un unipersonal de Talleres, que controlaba la pelota y hacía jugar a todos sus hombres en el campo de juego y hasta hizo bajar en más de una oportunidad al “ole, ole” de sus hinchas que explotaban de felicidad. Boca seguía con sus intentos de recuperar la pelota y explotar con velocidad en campo contrario, pero sin remates al arco. A los 80 llegó un mano a mano contra el arco de Herrera que prometía peligro, pero Catalán llegó con lo justo y despejó el peligro antes de que Merentiel pudiera probar al arquero riocuartense. Pero cuando todo era tranquilidad, a los 82, Boca tuvo su primer remate al arco en el pie diestro de Langoni y Talleres tuvo que ir a buscarla adentro. El “Xeneize”, sin hacer mucho, marcaba el descuento y encendía el partido. En el medio del nerviosismo, Valentín Depietri tuvo un remate desde la puerta del área y “Chiquito” Romero se agigantó desviándola al tiro de esquina. Boca, tuvo un contragolpe que derivó en un córner, y Guido Herrera se convirtió en figura desviándola a la izquierda. Los últimos minutos fueron para el infarto, si bien Boca no volvió a rematar, la pelota se acercaba al área de Guido Herrera y el nerviosismo era total. Los cordobeses no podían liquidarlo y la visita se ilusionaba con rasguñar el empate, algo que finalmente no sucedió.