A menos de 48 horas de haberse anunciado el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que le otorga al Gobierno el control sobre la industria de las telecomunicaciones ya comienzan a sentirse los primeros efectos negativos de la medida.

Telecom Argentina, una de las principales compañías del sector, se queda sin una millonaria inversión de u$s600 millones que iba a utilizar en su infraestructura, sistemas y productos para seguir brindando a sus clientes los servicios de conectividad convergente además de continuar con su camino hacia la transformación digital.

Sin embargo, el DNU que congela las tarifas de los servicios de telefonía fija y móvil; internet y televisión por cable y le permite al Gobierno aprobar o no nuevos aumentos hizo que los bancos internacionales que iban a apalancar esta inversión decidieran ahora retirarse del proceso.

“Las entidades financieras con los que la empresa negoció créditos para apuntalar este proceso se echaron para atrás por el cambio de las reglas de juego en el país”, aseguraron a iProfesional fuentes conocedoras del mercado.

A través del polémico DNU 690/2020, el presidente Alberto Fernández resolvió, entre otras medidas, regular los precios de las telecomunicaciones, la conectividad vía web y TV por cable y satelital y otorgarle al Gobierno el poder para autorizar o no futuros incrementos.

Se trata de una medida totalmente cuestionada por el mercado local de las telecomunicaciones y por las empresas extranjeras que participan y que entienden que la mejor herramienta para reducir la brecha digital es un mercado en competencia, que promueva y facilite el despliegue de infraestructura y servicios.

Con el DNU se pierde seguridad jurídica y control sobre una variable esencial del negocio como es el precio de los productos y servicios que además de Telecom, ofrecen el resto de las operadoras como Movistar; Claro; Cablevisión y DirecTV, entre otras.

Antes de esta cuestionable medida que fue impulsada por la vicepresidenta Cristina Kirchner, Telecom Argentina había tomado la decisión de realizar una una revisión positiva de sus expectativas de inversión en Argentina luego del cierre de las negociaciones por el canje de la deuda con los bonistas internacionales.

Luego del acuerdo entre el Ministerio de Economía y los bonholders, la compañía había decidido incrementar el flujo de inversiones para este año desde los u$s500 millones inicialmente anunciados a u$s600 millones.

El propio Roberto Nóbile, CEO de la operadora, lo había comentado a principios de agosto durante un seminario organizado por el grupo tras sostener que la decisión fue tomada luego del éxito del canje de deuda y la estabilidad del negocio.

“La inversión prevista para el 2020 rondaba los u$s500 millones, previendo un año difícil y con una necesidad de sortear vencimientos de deuda importantes” había indicado el ejecutivo ante una consulta de la agencia Télam a la que también le dijo que el monto se iba a modificar en u$s100 millones más.

La empresa viene desarrollando un intensivo proceso de inversiones para seguir ampliando y potenciando la red fija y móvil de última generación.

De hecho y según se desprende del estado de resultados de la compañía correspondiente al primer semestre de este año, las inversiones habían alcanzado los $22.766 millones que, de todos modos, ya mostraban una caída de aproximadamente el 33,9% respecto al mismo lapso del 2019.

En este caso, los fondos se focalizaron en proyectos destinados a la expansión de los servicios de TV por cable e internet; mejorar la transmisión y velocidad de acceso ofrecida a los clientes; despliegue de la cobertura y capacidad 4G para sustentar el crecimiento de internet y móvil, y la ampliación de las redes de transmisión y transporte para unificar las diferentes tecnologías de acceso, reconvirtiendo las fijas de cobre a redes de fibra o híbridas fibra–coaxial.

En este informe, los ejecutivos de Telecom Argentina aseguraban que “gracias a las inversiones realizadas en infraestructura durante los últimos años, cuenta con el equipamiento y sistemas que permiten el funcionamiento eficiente de las redes, soportando el mayor uso de conectividad fija y móvil, lo cual se refleja en el aumento de hasta 50% en el tráfico de datos en internet hogareña; 70% en servicios móviles de voz y 30% en datos móviles, además de un crecimiento del 75% en upstream”.

En términos relativos, entre enero y junio pasado las inversiones representaron el 17,4% de las ventas consolidadas durante los primeros seis meses del año.

Sin embargo, ahora Telecom Argentina acaba de emitir un crítico comunicado contra el DNU presidencial, calificando a la medida de “arbitraria” y asegurando que podría generar “un fuerte impacto para nuestra compañía y para la industria en su conjunto”.

Según la empresa “este abrupto cambio en el marco regulatorio actual puede afectar no sólo de manera directa la calidad de nuestros servicios, sino también impedir continuar con el ritmo de desarrollo y transformación que venimos implementando sostenidamente los últimos años”.

El documento también deja abierta la puerta para un eventual juicio contra la Argentina en los tribunales internacionales ya que sostiene que “estamos analizando todos los pasos a seguir con el foco puesto, como siempre, en el compromiso de asegurar la empleabilidad de nuestra gente y garantizar la mejor calidad y experiencia a nuestros clientes”.

Las acciones de Telecom Argentina se distribuyen entre Cablevisión Holding S.A) (28%); Fintech Telecom (20%); el Fideicomiso Héctor Magnetto y David Martínez (21%) y otro 29% flota en oferta pública.

A partir de que posee el control de varias de estas sociedades, el empresario mexicano David Martínez es el principal referente tanto de Telecom Argentina como de Cablevisión Holding.

Sus clientes móviles en Argentina llegan a los 18,8 millones mientras que los abonados de televisión por cable totalizan 3,5 millones y los accesos de banda ancha fueron de 4,1 millones.

Pero la sanción del cuestionable DNU presidencial no es el único problema que el magnate extranjero ha debido enfrentar durante este año con sus negocios en el país.

Las medidas sanitarias también tomadas por las autoridades locales para combatir el avance de la pandemia del Covid-19 también afectaron el flujo de sus negocios en la industria de las telecomunicaciones.

Por lo menos así surge de los estados financieros correspondientes al primer semestre del año que ambas empresas presentaron ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

En el caso de Cablevisión, dedicada al desarrollo de infraestructura y la prestación de servicios convergentes de telecomunicaciones, su utilidad neta llegó a los $2.161 millones que representan un derrumbe del 76,1% con respecto a los $9.041 millones que había ganado entre enero y junio del año pasado.

El mismo escenario sufrieron sus subsidiarias, que se especializan en la prestación de servicios de TV por cable, banda ancha y comunicaciones móviles, con marcas líderes en las industrias de telecomunicaciones y distribución de contenidos.

En el período, Cablevisión generó ventas por $131.158 millones, una caída del 3% en términos reales si se las compara con las del primer semestre del 2019, principalmente por menor comercialización de equipos; servicios de internet y cable que parcialmente compensado por un aumento de servicios móviles que se incrementaron un 8,1% por una mayor base de subscriptores.

En el caso de los Ingresos de TV paga alcanzaron los $26.357 millones, una reducción del 7.8% por el hecho de que el congelamiento establecido por el Gobierno hasta agosto no ha generado ingresos durante el período.

Por su parte, Telecom Argentina registró ganancias por $1.961 millones que representan otro derrumbe como el de Cablevisión, en este caso del 79,6% que refleja esencialmente el impacto de diferencias de cambio en un contexto de mayor devaluación real.

Las ventas de servicios móviles representaron $49.433 millones y crecieron en $3.717 millones a partir de una estrategia comercial focalizada en impulsar la

portabilidad móvil con ofertas convergentes y en incrementar el consumo de servicios de internet móvil. De hecho, las ventas de este segmento resultan equivalentes al 77% de las ventas de servicios móviles de la empresa.