River fue dos en uno. Mostró dos caras el equipo de Martín Demichelis. Por momentos, fue el de la Liga, la que lidera cómodo, seis puntos sobre San Lorenzo y por otros, el de la Copa Libertadores, donde sufre. Y ayer en Liniers, volvió a padecer. Pudo ganarlo. Pero también perderlo. Y dejó dudas en el electrizante 2 a 2 en el Amalfitani ante un Vélez que si bien lleva 10 partidos sin ganar, el empate le puede ser un aliciente para empezar a levantar cabeza.
Desde los 20 a los 26 minutos del primer tiempo River peloteó a Chila Gómez, que resistió hasta donde pudo, ante la pasividad de su defensa. Ya habían probado al arquero de Vélez Borja y Barco cuando llegó el corner que encontró solo a Rojas por atrás de todos y el paraguayo adelantó a su equipo con un zurdazo luego de que el guardameta velezano le haya sacado el primer remate.
A partir de ahí apareció el juego de River en toda su dimensión durante varios minutos, en los que si hubiese estado más fino y contundente podría haber aumentado el marcador. Toque, movilidad y circulación de pelota. De un lado a otro. Con Aliendro y De La Cruz como ejes en un doble cinco que no contó con Enzo Pérez, ausente por sinovitis en la rodilla derecha.
Eso sí, también casi hay algún error no forzado como cuando Armani le dio una pelota a González Pirez y el marcador central, mal perfilado, se cayó, pero nadie de Vélez estuvo atento para aprovechar la situación. Era un presagio de lo que podía venir. Armani ya le había sacado un bombazo a Prestianni y Janson definió mal luego de ganarle la espalda a Rojas y quedar habilitado tras un pase filtrado de Elías Cabrera, una de las esperanzas de Vélez junto a Prestianni. Aunque el local sufría las espaldas de Ortega.
Pablo Solari se paró ahí luego de arrancar más de punta con Borja. Duró menos de dos minutos cerca del colombiano luego de que Demichelis diera la orden de espejar el esquema de Vélez. Y el River de los volantes, con dos extremos definidos (Solari y Barco) empezó a funcionar, como sucede habitualmente en la Liga local.
Sin embargo, en el segundo tiempo River arrancó dormido. Y Vélez lo aprovechó. Impulsado por su público y por las urgencias que tiene, metió rápidamente al conjunto Millonario en su área. Y de un rodeo de Cabrera salió la habilitación para Ordoñez que sorprendió al aparecer como extremo derecho, por detrás de Casco y tirar el centro para que Pratto cumpliera la ley del ex.
Se envalentonó Vélez a partir del empate y casi llega el segundo con un cabezazo de Godín que pasó cerca. Tanto se emocionó el conjunto de Liniers que dejó huecos atrás, bien aprovechados por Solari, que en una se demoró y Gianetti lo cruzó y en otra hizo revolcar una vez más a Gómez. Y de las puños de Chila nació una contra que comandó Prestianni y terminó Cabrera con un remate desviado, en una de las tantas veces que River quedó mal parado atrás. La defensa Millonaria se mostró endeble ante cada ataque serio de Vélez y Echenique perdonó dos veces a González Pirez de la amarilla.
Pero con River no te podés confiar. Y de la galera sacó un cabezazo de Solari que Godín salvó en la línea para meterse de nuevo en el encuentro luego de la merma que había tenido en el funcionamiento tras los cambios. Hasta que apareció Beltrán y saltó más que el uruguayo Godín tras un gran centro de Herrera para volver a poner al frente al conjunto de Núñez.
Parecía que era de River. Más aún con la decisión de Gareca, de sacar a Cabrera y a Prestianni. Pero le quedaba más al partido. Ortega, quien pudo sacarle provecho a una de sus proyecciones, metió un zurdazo que Armani no pudo sacar al querer embolsar la pelota.
Otra falla del arquero. Y River terminó dejando dos puntos en Liniers aunque en verdad le sacó uno más de ventaja a San Lorenzo. Las dos caras de la moneda roja y blanca.